¡LLEGÓ MI CACHORRO! ¿Y AHORA QUÉ?
3 consejos de supervivencia
1. Ejercicio físico, sensorial y mental.
Si tu cachorro tiene muchas oportunidades de ejercicio cognitivo y físico, será más feliz, más saludable, y así aumenta su probabilidad de desarrollar comportamientos adecuados y equilibrados.
Paseos con moderación.
Los paseos con correa son excelentes, pero durante los primeros 4 meses de vida, 30 minutos de paseo al día generalmente son suficientes. Estos pueden ser repartidos en diferentes horarios a lo largo del día. Presta atención a la calidad del paseo, no a las distancias logradas. Puedes complementar el paseo con actividades en casa, como aprender trucos, jugar con juguetes y mordedores y otras ideas que te comentaremos más adelante.
Juguetes en abundancia.
Los juguetes son una excelente forma de estimular la mente del perro. Los perros tienen preferencias individuales por el tipo de juguetes, dependiendo del día, la hora, la situación, su personalidad y sus gustos. Investiga y descubre qué es lo que entretiene a tu perro. Administra los juguetes y cámbialos de un día para otro.
Buscar comida.
Desde el punto de vista biológico, el perro es un omnívoro, cazador y carroñero por naturaleza, hecho para buscar y encontrar comida. Puedes enriquecer su día y estimular su mente entregándole el alimento en juguetes dispensadores de comida. El perro pasará una parte del día tratando de averiguar cómo sacar la comida. También puedes usar objetos reciclados, como p. ej. cajas o rollos de cartón, etc., y esconder su comida adentro. En nuestra página web www.citydogs.cl tenemos más información gratuita al respecto.
Juguetes con desafíos.
Empieza con rellenos más fáciles y aumenta la dificultad gradualmente, para que el perro tenga éxito al mismo tiempo que desarrolla la perseverancia. Evita que el perro abandone el juguete porque le resulta frustrante.
Relleno fácil = comida suelta y pedazos pequeños para que puedan caer fácilmente.
Relleno difícil = comida más compacta, con pedazos grandes que sean difíciles de introducir.
Algunos juguetes, por ejemplo, de la marca Kong, se pueden congelar. Comienza a entregar juguetes congelados recién cuando tu cachorro logre sacar la comida con rellenos difíciles en unos 20 minutos.
2. Destrozos, ladridos, saltos y mordidas.
Anticípate a los errores.
Cuando no puedas supervisar a tu cachorro o perro adulto, déjalo en su salita de juego u otro lugar a prueba de cachorritos, con unos objetos masticables que sean seguros para él también sin supervisión.
Interrumpe sus “errores”, y redirígelo a una actividad deseable.
Si tu perro hace algo que no está permitido, llámalo alegremente y entrégale un objeto permitido para masticar a cambio. Felicítalo generosamente cuando lo haga. Aprenderás a reconocer sus intenciones cada vez antes y te anticiparás a sus “errores”, mientras tu perrito aprenderá cuáles son los hábitos que son recompensadas por ti.
Destrozos.
Roer es una conducta normal y saludable en los perros, ya que reduce estrés, pero puede convertirse en un problema para ti y para tus muebles. Proporciónale una buena cantidad de juguetes apropiados para masticar desde el principio para que se interese en esos objetos, ¡en vez del control remoto o tus zapatillas!
Ladridos.
Los perros ladran por diferentes motivos. Puede que lo hagan por estar aburridos y para llamar la atención, puede que no puedan lidiar con situaciones en las que están solos. También ladran para alertar sonidos o situaciones desconocidas y preocupantes para ellos. Si cualquier tipo de ladrido se está convirtiendo en un problema, consulta con tu entrenador o consultor de conducta canina.
Saltos.
Los perros saltan para saludar y cuando están entusiasmados. ¡Saluda a tu perro y acarícialo cuando esté con las 4 patas en el piso o deja caer unos premios en el piso cuando llegues a casa! En caso de presentarse problemas, siempre consulta con su entrenador canino. ¡No castigues a tu perro por saltar! Te está saludando.
Mordidas.
Los cachorros no tienen pulgares para comprender el mundo sino utilizan sus bocas. Además, les encanta perseguir y atrapar objetos, están cazando. Sus dientes de leche son muy filudos y pueden romper nuestra piel fácilmente. Ten peluches grandes, mordedores largos y diferentes objetos a mano cuando juegues con tu cachorro para ofrecerle muchas alternativas. Intenta no retirar rápidamente tus manos, pies, ropa, etc. cuando el cachorro los está sujetando con la boca, sino intenta distraer al cachorro para que “escupa” lo que tiene atrapado. Busca ayuda profesional si no te resulta.
3. Modera tus expectativas.
Recuerda, tu cachorro pasa por una fase de desapego de su madre y camada, y se demorará en vincular con su nueva familia. Si tienes un cachorro, inscríbelo en un programa de socialización, como CityDogs’ PUPPY PLAY para aprender a cómo comunicarte con tu cachorro y acostumbrarlo a una variedad de manejos rutinarios.
Tiempo para relajarse.
El cachorro necesitará mucha tranquilidad, sobre todo en el comienzo. Esto lo ayudará a ajustarse a su nuevo ambiente.
No agobies a tu perro.
Dale tiempo para tranquilizarse. No es necesario que conozca a todos los parientes, amigos y vecinos en un solo día. Si se retira, baja las orejas hacia atrás, mueve la colita entre las piernas o evita mirarte, probablemente necesita un poco más de distancia de lo que le causa inseguridad. Espera que se vuelva a acercar por sí solo.
Entrega premios con generosidad.
Haz más agradables todas las presentaciones, como ruidos atemorizantes y lugares nuevos, dándole premios sabrosos. Esto ayudará a que tu perro haga asociaciones positivas con esas situaciones.
Supervisa la interacción con niños.
Siempre que haya niños presentes, permanece ahí para supervisar e interrumpir cualquier interacción si notas que tu perro está incómodo (cola baja, orejas hacia atrás, encogido, retrocediendo/evitando contacto).
Nunca fuerces una situación.
Si tu perro muestra temor o reticencia ante una situación, no lo fuerces. Por ejemplo, no lo obligues a recibir caricias o que otro perro salte sobre él. Permítele alejarse e inténtalo otro día.
Deja tu perro tranquilo cuando come.
La protección de recursos sobre el plato de comida, huesos, juguetes, desechos, lugares para dormir, etc., es un comportamiento natural en los perros. Para evitar problemas, no te acerques al perro cuando está comiendo o masticando algo especialmente sabroso. Si necesitas quitarle algo, ofrécele algo más seductor, ¡realiza un canje! Arroja al suelo un par de deliciosos premios lejos del objeto, o un “caminito de Hansel y Gretel”, y retíralo mientras se come los premios. Recuerda que tú eres una persona nueva para el perro y puede que no esté dispuesto a compartir hasta que te conozca mejor. Si la conducta empeora, consulta con su consultor de conducta canina.
Evita los abrazos por el momento.
Deja pasar un tiempo para que se conozcan mejor antes de intentar abrazarlo por completo.
Para que el contacto sea una experiencia placentera para el perro, ofrécele un premio cada vez que lo tocas en un lugar distinto. Cualquier forma de aseo o restricción del movimiento, al principio debe ser mínima. Y siempre combinada con muchos premios sabrosos. Si el perro está tomando algún tipo de medicamento, sé extremadamente suave y cuidadoso.
Revisa el
Manual de Entrenamiento Canino de la IAABC Foundation
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